Todos hemos pasado por un momento bastante
difícil y triste como es que un ser querido le deje de latir el corazón para
siempre. En ese momento es cuando te preguntas ¿Dónde irá? ¿Qué pasará después?
Hay muchas teorías y, lo cierto es que nadie ha vuelto para decir que pasa y si
está bien para que dejemos de preocuparnos. Digamos que es el misterio que no
lograremos descubrir hasta que nosotros mismos pasemos por esta experiencia tarde o temprano.
Hace unas cuantas semanas (concretamente hace
tres), una amiga mía me dejó tres libros para que me los leyese (que tardé
escasamente una semana en acabármelos), uno de ellos se titula El cielo es real de Todd Burpo.
Tal como adelanta el título, trata del cielo pero ¿Qué desvela exactamente? Es un
libro que consta de 232 páginas lo cual significa que, depende del tiempo libre
que se disponga, en dos o tres días se puede leer y, según parece, es una
historia real.
No es pesado de leer puesto que, todo el
relato está escrito en un estilo sencillo, para que sea accesible a todo el
mundo (ya que es lo que se busca). En este caso, afortunadamente, no trata de
la pérdida de un ser querido sino más bien lo que ese ser querido “vivió” los
tres minutos que salió de su pequeño cuerpo cuando era operado. Si, la
experiencia del cielo lo vive un niño de escasamente cuatro años pero, no es el
quien lo acaba explicando en un libro sino, su padre Todd Burpo unos años más
tarde.
Colton Burpo tenía cuatro años cuando comenzó
a encontrarse mal y sus padres lo llevaron al médico, le diagnosticaron gastroenteritis
y al día siguiente ya estaba mejor. Sus padres,
su hermana y el podían así ir al ansiado viaje para celebrar el final de la
mala racha de enfermedades, poco se podían imaginar lo equivocados que estaban.
En el viaje, Todd aprovecharía para asistir a un oficio de misa para coger
ideas respecto a la parroquia que el llevaba.
En la estancia, el niño comenzó a encontrarse
mal y lo achacaron a la gastroenteritis ya que la hermana también estaba
vomitando. Colton no se recuperaba, es más, cada minuto que pasaba estaba peor,
sus padres lo llevaron al hospital y transmitieron sus sospechas al médico de
que el niño podría tener apendicitis lo cual el médico desechó. Pasaron unos días
sin poder dormir viendo desesperadamente como la vida de su hijo se les iba
escapando poco a poco hasta que, decidieron trasladarlo de hospital y los
resultados que les transmitieron sobre lo que padecía su hijo fue
desesperanzador: apendicitis con perforamiento del apéndice, es decir, habían
de operarlo de urgencia aunque no garantizaban el éxito 100%.
No es nada agradable ver como un hijo tuyo
padece y mucho menos pensar porque te está pasando esto a ti, no sabes que
hacer y a lo único que recurres es a la plegaria tal y como hizo este pastor y
padre: rezar, rogar a Dios que no le arrebatase lo que más quería. Se sabe de
sobras que el niño se recuperó, los médico no dieron crédito y, tiempo más
tarde, dijeron que fue una especie de milagro. Lo que relata el niño meses después,
dejaron atónitos a sus padres aunque el fuese pastor y ella profesora en un
colegio cristiano.
No es cuestión de explicar todo el libro ya
que, pierde la gracia si alguien lo quiere leer o siente curiosidad sobre este
tema. No puedo decir que aclare todas las dudas sobre que hay después de la
muerte puesto que, describe como es el cielo, quien hay allí y como es Jesús,
si, describe como es Jesús. ¿Tranquiliza, entonces, que podemos encontrar? Si,
incluso tranquiliza porque sabes que un ser querido, en teoría, no estará solo.
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